martes, 16 de octubre de 2012

UNION CONGENITA


RIÑÓN HERRADURA: UNIÓN CONGÉNITA

Se trata de una anomalía congénita que se desarrolla durante la época de embarazo, entre las 4 y 6 semanas, por una malformación embriológica, donde se produce un trastoque en la colocación y formación de los riñones. Bajo ningún motivo un riñón herradura se desarrolla durante una alguna etapa de la vida.
Científicamente consiste en la presencia de dos masas renales distintas que se encuentran a cada lado de la línea media con una orientación vertical y que están conectadas en los polos inferiores respectivos, por un istmo fibroso que atraviesa el plano medio del cuerpo.
Se presenta en una proporción de 1 de cada 700 pacientes y es más frecuente en los hombres que en las mujeres en una relación de 2 a 1.
Puede ser diagnosticada desde edades tempranas en cualquier época de la vida, pero igual puede no ser detectada nunca y la persona puede vivir toda su vida sin siquiera imaginar que tiene riñones en herradura, debido a que no revisten ninguna patología.
No obstante, las personas con estos riñones pueden acusar fallas renales y son más propensos a producir infecciones y fenómenos de cálculos.
Casi una tercera parte de los pacientes permanecen asintomáticos, y su detección es accidental.
Los casos sintomáticos se relacionan con la presencia de dolor abdominal vago que puede irradiarse hacia la zona lumbar inferior.
Un 30 por ciento de los pacientes con estos riñones pueden presentar infecciones urinarias y la formación de cálculos se registra en una quinta parte de los pacientes.
En algunas ocasiones se llega a detectar mediante el tacto en el estómago de una masa abdominal, que evidencia la mala ubicación y formación de los órganos, pero igual no debe confundirse con cualquier otro tipo de patología.
Según los especialistas en ausencia de una sintomatología renal demostrable, la presencia de una masa rara vez se debe a la existencia de una función ural solamente, o sea que puede ser producto de una patología en otro órgano.
Al riñón en herradura se le asocia también con problemas en la obstrucción uretral, con hidronefrosis, una inflamación de cubierta del órgano, y la formación de cálculos o infecciones. Es decir que, a pesar de que no son síntomas que evidencien la presencia de riñones en herradura, tales patologías, pueden ser en cierta forma causadas por dicha malformación.



Esta anomalía congénita solo se corrige con intervención quirúrgica, la cual debe ir acompañada del tratamiento de las complicaciones específicas.
Obviamente, antes de realizar una intervención, hay que saber si efectivamente se trata de riñón en herradura y si hay dudas conviene hacer una aortografía, que no es más que un examen radiográfico de las arterias para establecer que hay una irrigación normal de la sangre y solo así en últimas se puede establecer si el riñón, así sea en herradura está funcionando bien.
Su corrección se logra con la separación de los riñones por medio del corte del conducto que los liga.
Por todo esto su diagnóstico debe ser muy claro. Es aquí donde entran a funcionar los medios diagnósticos como la ecografía, gamagrafía renal, urografía intravenosa o una arteriografía, que son mecanismos de ayuda para la detección de cualquier tipo de patología.
Los riesgos que se pueden correr durante la operación de separación de dos riñones en herradura, son muchos.
Por una parte, a pesar de los exámenes diagnósticos, dada su configuración anómala en ocasiones, solo cuando el especialista está en el quirófano logra establecer el verdadero estado de los órganos.
Por ejemplo, en los riñones normales, de la vena cava sale la vena renal derecha y la vena renal izquierda, cada una a su respectivo riñón, y de la aorta sale la arteria renal izquierda y derecha. En los riñones en herradura, pueden presentarse divisiones anormales de las venas y arterias. Incluso pueden entrecruzarse.
Pueden incluso volverse los riñones un cuerpo amorfo, donde no se aprecia su infraestructura.


EMBRILOGIA RENAL



La embriogénesis del riñón en herradura con istmo parenquimatoso puede deberse a la migración de células nefrogénicas antes de la quinta semana de gestación y  con istmo fibroso puede originarse de la fusión mecánica de los dos riñones en desarrollo o después de la quinta semana antes del ascenso renal. 

La mayoría de los riñones en herradura están localizados en la pelvis o a nivel vertebral lumbar bajo, debido a que el ascenso es evitado posteriormente cuando el riñón fusionado alcanza la unión de la aorta y la arteria mesentérica inferior.

Los cálices son normales en número pero atípicos en su orientación debido a que el riñón falla en su rotación permaneciendo los cálices en situación posterior. Hay una estrechez ureteropiélica y a su vez la pelvis renal en un plano anterior. 
El uréter tiene una inserción alta en la pelvis y su descenso es un plano anterior al istmo. Un 30% de los casos tienen una sola arteria renal cada riñón, pero pueden ser asimétricos con duplicación o triplicación de la arteria renal para uno o ambos riñones. 
El riego sanguíneo para el istmo y polo inferior es variable, puede recibir una rama de cada tronco arterial o bien teniendo su propia arteria directamente de la aorta, más raramente puede nacer de la arteria mesentérica inferior, iliaca común o externa. 

RIÑON EN HERRADURA


El riñón en herradura es una malformación congénita que presenta una incidencia de 1 en 400 nacidos vivos a 1 en 800 adultos diagnosticados accidentalmente . A la vez, que la tasa de 
incidencia en hombres es mayor en una proporción de 2:1 ante las mujeres.

Aproximadamente 10% de los seres humanos nacen con malformaciones del sistema urinario, lo cual se puede explicar por la complejidad del desarrollo embrionario ya que se presentan tres estructuras sucesivas: pronefros, mesonefros y metanefros, los dos primeros involucionan, mientras que los últimos generan los riñones definitivos. 

Los riñones se forman aproximadamente durante la quinta semana del desarrollo embrionario, se generan del mesodermo metanéfrico y se movilizan hacia las secciones laterales del cuerpo en el embrión . La presencia de un riñón en herradura significa una falla en este proceso.

Consiste en una unión de los polos inferiores en el 95% de los casos, y en menor frecuencia se da la fusión de los polos superiores (5%) de ambos riñones mediante un istmo de tejido fibroso (15%). 
Puede además estar compuesto de parénquima, lo cual lo hace totalmente funcional, acompañado de una rectificación de los ejes renales y malrotación de las pelvis renal que adoptan una posición lateral y anterior. En los casos de una fusión en los polos inferiores, los uréteres generalmente pasan por delante de la cara anterior renal. Este riñón con forma de U suele situarse a la altura de las vértebras L3 a L5 por no ascender de la manera habitual.